Calypso de Arquímedes
¿qué sucede, eh?
en el agua que contiene un recipiente, ¿eh?
¿sale a flote porque tiene condiciones, eh?
¿o se hunde para siempre y que se embrome, eh?
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¿Qué será de nuestros buques y veleros, eh?
¿si te niegas a encontrar su metacentro, eh?
¿cuándo piensas descubrir tu gran principio, eh?
¿de los cuerpos en el agua y su equilibrio, eh?
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Arquímedes, Arquímedes,
respóndenos por favor
Se pasa la vida entera metido en la bañadera
Arquímedes, Arquímedes, respóndenos por favor
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¿Qué pasó con ese espíritu inventivo, eh?
¿que salvó a Siracusa del peligro, eh?
¿cómo harás con los romanos cuando insistan, eh?
¿en sus planes de invasión y de conquista, eh?
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¿O te piensas que a nosotros nos divierte, eh?
¿que te pierdas todo el día con tu higiene, eh?
¿para qué necesitamos tus servicios, eh?
¿si demoras en decirnos tu principio, eh?
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Arquímedes, Arquímedes, respóndenos por favor
Se pasa la vida entera metido en la bañadera
Arquímedes, Arquímedes, respóndenos por favor
(Versión posterior)
NARRADOR: El físico Arquímdes en la bañera. La mente alerta, el físico desnudo, o sea, Arquímedes. Desde un principio persiguió un fin: el principio. De Arquímedes. Hasta que al fin, ¡eureka!, ha descubierto el principio, por fin: Cuando un cuerpo se sumerge en un líquido en equilibrio, cuando ya todo es igual para él, recibe un empuje de abajo hacia arriba, ¿para ayudarlo?, no... el empuje es la resultante de la presión que el líquido ejerce, sin piedad, igual y directamente opuesta al peso del volumen del líquido desalojado por el cuerpo sumergido, oprimido, empujado... Y el físico Arquímedes, el que dijera "dadme un punto de apoyo y moveré el mundo", ahora exclama: "dadme un toallón, y saldré de la bañera".